Negociador (Borja Cobeaga)

En Negociador hay una escena en la que tres personas dicen, en su respectivo idioma, una expresión que para un cuarto miembro tendría un significado carente del cariz que se le pretende dar en cada caso individual. En este momento concreto de la cinta, no pude evitar recordar un diálogo que tuve con una amiga eslovena que en 1991, cuando su país se independizó de Yugoslavia, contaba con sólo 7 años.

Negociador

Era el mes de septiembre del año pasado, en noviembre estaba previsto que se celebrara la consulta sobre la independencia de Cataluña/Catalunya y mi interlocutora se mostraba bastante interesada en el tema. Ella se declaraba claramente en contra de la creación de una nación catalana separada de España, por lo que, en un momento dado, le pregunté por qué Eslovenia se independizó y por qué ella se sentía —como había afirmado anteriormente durante la conversación— eslovena y no yugoslava. Su explicación era bastante sencilla: ‹Tenemos nuestra propia lengua›. A la que yo contra-argumenté asegurando que los catalanes también; parecía bastante sorprendida, me dijo que, para ella, el catalán no era más que un dialecto del castellano y empezó a flipar (aún más que cuando yo le aseguré que no me sentía español, ni nada). ¿Así es como se inicia una negociación?

Borja Cobeaga ha planteado Negociador como una película imaginada sobre hechos reales, sobre porque concibe su obra pensando en cómo se habrían podido suceder los hechos que relata la película. La realidad española no tiene gracia, en muchas ocasiones y, sin embargo, cuanto más seria se pone la cosa, más películas extraen comicidad de sus detalles, a veces. Estos últimos meses mucha gente se preguntaba qué habría hecho Berlanga de haber estado vivo en estos momentos, cuando la realidad ha estado superando a la ficción casi constantemente, pero la nueva hornada de directores y guionistas españoles, que ya no es tan nueva, tiene su propio sentido del humor y forma de enfrentarse a los sucesos más o menos actuales.

Negociador

Los hechos reales a los que hace referencia Cobeaga son, en este caso, los acontecidos en 2005, cuando Jesús Eguiguren (PSE-EE) y Josu Ternera (ETA) se reunieron para establecer una negociación que llevara al fin de la violencia de la banda terrorista. Para ello, el director y guionista hace uso de un humor que poco se parece al que mostró en su primera película, sí más a algunos cortometrajes y que recuerda también al conocido programa Vaya semanita de la televisión vasca en algunas escenas del filme, si bien de forma más seria y un poco menos caricaturesca, quizá más comprometida y sutil por tratarse del tema que trata. No se sabe realmente, porque al final Negociador cumple como comedia formal, pero falla al no ser más valiente, al no hacérseme inolvidable a la salida del cine, que diría Boyero hablando de sí mismo y sus sentimientos. Ya me pasó algo semejante con Pagafantas, que era otra cosa bien distinta. Y me fastidia, porque tiene todo lo que a una comedia de su clase le pediría, salvo el no ir más allá, que el director mostrara más de su personalidad, que aparece, a veces tímidamente y otras extrovertido, en cada plano y de forma hilarante en algunas escenas inteligentemente desarrolladas. Se siente una intención de agradar a todo el mundo, lo cual puede entenderse también como una virtud, ya que creo que lo consigue, pero uno lamenta que no funcione del todo como una obra mayor.

En cuanto al guión y los actores, todos cumplen, varios por encima del notable, es un muy buen trabajo colectivo y Ramón Barea está espléndido en su matizado papel protagonista. Negociador brilla en sus diálogos, su mirada es lúcida y cercana, imprevisible por momentos, pero demasiado sobria y aséptica, alejándose de esto en un último tramo en el que sobresale Carlos Areces, quien con su seriedad es capaz contagiar la risa como muy pocos intérpretes actualmente.

Me gusta el sonido de la puerta de un coche al abrirse. Sólo por las veces que se oye este pequeño ASMR —intencionado o no—, le doy un punto mental más a esta ya de por sí recomendable película.

Negociador

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