Ritual (Hans Herbots)

La vuelta sobre un pasado inconcluso, en este caso vinculado a la etapa colonialista belga, sirve de núcleo para el relato con el cual Hans Herbots regresa a la dirección en una nueva adaptación de una novela de la escritora británica Mo Hayder, repitiendo tras llevar a la gran pantalla The Treatment en 2014. En ese sentido, no es casual que Ritual comparta ciertos rasgos, más allá de la aparición del inspector Nick Cafmeyer, protagonista de la saga, con su antecesora, como la presencia de un (también) pasado que conecta con un trauma presente, cuyo influjo resulta de lo más conveniente a raíz de ese carácter político que manifiesta la cinta, o la concreción de esa tonalidad de crónica negra a la que se acerca a su paso por los (en realidad no tan) bajos fondos. Dos particularidades que apuntalan la naturaleza de un thriller que, en su intención por dotar de una pátina de complejidad tanto al conflicto como al tema tratado, termina abusando de subtramas que, en el mejor de los casos, solo aportan una cantidad de metraje que ni ahonda ni enriquece el subtexto en ningún caso.

Un defecto, por otro lado, que bien podría paliar la asunción de una materia con la fuerza necesaria como para arrojar algo más que un mero ejercicio de género; y es que el thriller como herramienta de disección de una sociedad descompuesta ha funcionado en no pocas ocasiones haciendo converger sus tropos con discursivas adyacentes desde las que dialogar sin necesidad de solapar el carácter de un género poderoso como pocos. No obstante, es precisamente en una confluencia prácticamente inexistente, donde Ritual encuentra otro de sus escollos centrales: su disertación, más que otorgar dobleces y matices a un espacio presto a ello, se siente tan deslavazada que al final en cuanto Herbots conecta alguna secuencia desde la que poder profundizar en la cuestión, todo parece presa de una tosquedad que ya no es que se adentre en el terreno más elemental y obvio, sino que termina regurgitando sus conclusiones como si el propio diálogo no fuese más que un simple y sumiso instrumento a la orden de cualquier resolución lanzada por su guionista.

La torpeza, pues, de un aspecto que podría aportar algo más que virtudes accesorias a un film como Ritual, bien se podría sentir reforzada en su vertiente genérica mediante una respuesta mucho más acerada y consistente, penetrando a través de las imágenes en un texto cuyas aristas deviniesen de la complejidad del tema a tratar más que de los movimientos de un puñado de personajes desdibujados. Sin embargo, Herbots parece no haber dado ni un paso adelante con respecto a su anterior largometraje, y a nivel visual no solo encontramos estampas que a nivel semántico vienen a redundar sobre ideas ya expuestas tiempo atrás, sino además ni siquiera son capaces de mejorar una estética que quizá no fuera preponderante, pero cuanto menos otorgaba personalidad a su predecesora, trazando algún que otro sugerente simbolismo. Rituel es, en definitiva, algo más que una oportunidad perdida: también el estancamiento de un cineasta incapaz de sobreponerse ya de por sí a las constantes de un relato que, en ocasiones, cuesta dirimir si en realidad es así de disperso o no se han sabido sintetizar y glosar las bondades de un texto que por momentos deja secuencias e hilos argumentales tan torpemente descritos que incluso uno no concibe si desde su génesis ya eran así de superfluos, o sencillamente quien realizó la traslación del material no había comprendido gran cosa.

Podéis ver Ritual en Filmin:

https://www.filmin.es/pelicula/ritual

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