Venezia 75 en cuatro bloques: Conclusiones

Después de unas extensas semanas de reflexión, debate y recuerdo me dispongo a escribir las tendencias, las líneas que pueden haber sido pensadas previamente durante la programación del comité de selección, surgidas al azar o interconectadas de forma plenamente subjetiva. Estas conexiones entre películas aparecieron o bien durante sus proyecciones, mientras poco a poco se iban definiendo unas relaciones, o durante su posterior y más reciente meditación.

Películas estimulantes y atrevidas gracias a sus fallas, “errores” o debilidades

Curiosamente este conjunto de filmes que disfruté durante el festival son los menos perfectos, los que más arriesgan, y por consecuencia o probabilidad los que más fragilidad poseen. O bien su estructura es extraña, o bien la mezcla entre forma y mensaje o contenido es borrosa; puede que la coherencia desfallezca o el la narrativa se torne arrítmica, a veces sin ser intencionado, pero al final han sido los filmes que más han perdurado en mi memoria. Tienen una libertad y temeridad dignas de ser observadas, dando forma al gran descaro y valentía que presentan los programadores del festival de Venecia.

Estos filmes que quiero nombrar y de alguna forma materializar más allá de mis recuerdos son: Les estivants de Valeria Bruni Tedeschi, de la cual escribí sobre ella [crítica]; Vox Lux de Brady Corbet, seguramente de uno de los directores más prometedores del panorama americano actual [crítica]; el magnífico complemento y homenaje al film de Dario Argento, Suspiria de Luca Guadagnino; Nuestro tiempo de Carlos Reygadas y la que me produjo más contrastes de percepción, gusto y estado anímico durante el pase de prensa, Sunset de László Nemes.

Películas del agua

Dos filmes que me han cautivado intensamente, a pesar de sus diferencias y su desemejanza en la producción, contienen un elemento principal y transformador: el agua. Una de ellas, Aquarela de Viktor Kossakovsky [crítica], se dedica a brindar, a filmar este fundamento en sus diferentes estados, pero en especial el líquido. El agua como materia líquida modificadora de una ciudad o en especial de una sociedad. También el trabajo y la adaptación del hombre con este elemento natural.

The River de Emir Baigazin, una de las pocas que vi de la sección Orizzonti, le da importancia al río como símbolo y efecto también de transformación, en especial de mentalidad y del miedo o peligro, en contacto siempre con la muerte.

Esencialmente en las dos películas se nos muestra, una de forma más explícita que la otra, la violencia del agua. Aquarela con la danza de la misma materia y The River con el movimiento (baile) de los cuerpos en un espacio acuático.

La fuerza del documental

Monrovia, Indiana del gran Frederick Wiseman y en particular Ni de Lian [crítica] de Tsai Ming-liang, junto con la ya comentada Aquarela, han creado un festival marcado por la sombra de ellas. Las tres de una forma u otra se centran en las personas. En la de Kossakovsky, las personas en relación y siempre dependiendo del agua. En Monrovia, Indiana, la filmación respetuosa y voyeurista/semiobjetiva de la gente que habita en esta población norteamericana, su cultura, la influencia de la religión y de la sobreexplotación y la presencia de la política de Donald Trump, sin ser en ningún momento nombrada. Y finalmente una de las obra más exquisitas de este Venezia 75, Ni de Lian, que busca acercarse al pasado de unas personas a partir de la observación del rostro. Y así nos brinda el mayor regalo de esta edición.

Dos tótems que arriesgan

Alfonso Cuarón y Olivier Assayas son probablemente dos de los directores mas influyentes de los últimos 25 años. Cada uno filmando sus particularidades, pero siempre con un nivel excelente. Otra vez demuestran que su estado de forma es extraordinario y que no se contentan con obras en terrenos no ajenos, sino que van probando nuevas formas, temas y narrativas. Son dos filmes que recorrerán los festivales por donde pasen con éxito de público y crítica, entre muchas otras cosas, por su capacidad de interpelar al espectador, de generar un diálogo con él. Doubles vies [crítica] de forma más directa, Roma [crítica] por la vía emocional, a pesar de su objetividad en muchos tramos.

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