Mostro (José Pablo Escamilla)

Exhibida en la pasada edición del festival de Locarno, Mostro entró directa en la Sección Oficial del FICX como una película auspiciada por Colectivo Colmena, un grupo de cineastas independientes mexicanos que trabajan en una colaboración mutua con el fin de emprender una serie de proyectos que tienen por eje un tratamiento discursivo y experimental, poniendo esfuerzo en un ejercicio crítico de ciertos aspectos sociales y políticos del presente. En esta ocasión abordan un tema bastante anexo a su país de origen, las desapariciones de mujeres en México, problemática social que supone ya un triste y repetitivo capítulo del país desde hace décadas. El film se inicia con un tratamiento de la cotidianidad mexicana poniendo el foco en una pareja de amigos, Lucas y Alex; juntos forman una dupla de ambigua relación, cuyo modo de vida nos es presentado como si dos outsiders se trataran, individuos viviendo al margen de un sistema corrupto. Ambos buscan en el diálogo, la interacción y la exploración de la periferia urbana una vía de escape ante los oscuros reversos del día a día. Alex es la luz que ilumina la aflicción de Lucas, víctima, además, de la precariedad laboral; juntos escapan, entre leyendas y visitas a los lugares despoblados, de un sistema del que se sienten excluidos.

La desaparición de Alex detonará el enfrentamiento sistemático de Lucas con esa estructura social de la que se siente externo, donde la historia deja en evidencia, en sus ansias de discurso social, uno de los males endémicos del sistema; con el desentendimiento de las instituciones ante la oleada de desapariciones que asolan a la sociedad mexicana (podemos comprender la alusión a los feminicidios de Ciudad Juárez), Mostro propone un viaje a través de su protagonista a la hora del retrato de su cotidianidad (trabaja en los almacenes de un importante comercio virtual), su incesante lucha por conocer la verdad, un viaje con una importante carga crítica a medida que la narrativa se suma a un evolutivo discurso de denuncia. Con una vanguardista puesta en escena, que aúna el minimalismo propio de estas historias de corte independiente con unas escenas que transmutan los géneros en el empeño de la experimentación audiovisual, Mostro es una pieza que pone en la palestra las intenciones del citado Colectivo Colmena, unas formas de intenciones revolucionarias en su personalidad fílmica a la hora de exponer una crítica férrea hacia las realidades palpables a pie de calle.

Es interesante asimilar la película como una extraña y alienada simbiosis de lenguajes cinematográficos, donde el viaje de Lucas, de carácter intimista y con cierta introspección a la hora de afrontar el problema de la desaparición, se yuxtapone con un vanguardismo cinematográfico que escapa totalmente a cualquier tipo de convencionalidad. Como una medida para implementar el vahído emocional que pudiera generarse en el enfrentamiento ante un sistema corrupto, el film detona con su revolución audiovisual la contaminación moral de su motivo de denuncia, utilizando la imagen y el sonido para imprimir en pantalla el trauma de una manera que roza lo sensorial. Una contundencia narrativa no apta para los paladares más acostumbrado a las aristas comunes, pero que conviene tener en cuenta su férrea convicción de establecer un discurso cinematográfico con querencia hacia la innovación y que no acaba contaminando el subtexto principal del film: el retrato de una idiosincrasia principal, la del protagonista Lucas, que pierde de manera paulatina tanto su esencia como el escaso valor dentro de una sociedad que le lleva fallando desde hace tiempo.

Mostro combina conciencia y reflexión bajo una personalidad fílmica agitada, y que sirve al espectador para ser partícipe del discurso de denuncia de la historia principal bajo unos estamentos de puesta en escena que arriesga derivando hacia la vanguardia. Un contexto para el drama que juega con los lenguajes más ásperos del poder de la imagen creando un film de naturalidad propia, y cuyo contexto principal, relativo en su diana hacia un sistema corrupto, no acaba empañándose de vacuas pretensiones; sus limitados medios están economizados bajo una amalgama que exuda un cine joven, arriesgado, vital e insolente en sus intenciones.

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