La alternativa | Circle (Aaron Hann, Mario Miscione)

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Una oscura y grandilocuente habitación alberga un nutrido grupo de personas que se despiertan formando un círculo, sin saber el motivo de presidio y sin conocer, al menos a priori, a ninguno de los demás desconocidos con los que comparten tan surrealista situación. Bajo este punto de partida se presenta esta curiosa pieza dirigida por la dupla de directores formada por Aaron Hann y Mario Miscione, que intentan componer una lucha por la supervivencia bajo un halo de teatralidad que hará recordar el ambiente televisivo de los reality shows, llevando al límite esos valores de traición, interés deshumanización o malicia, características recurrentes entre esos individuos que pronto se darán cuenta que emprenderán toda una batalla por salvar su vida; todo en un siniestro juego cuyos responsables parecen mantener un amenazante anonimato. Haciendo una primera valoración a Circle se debe destacar lo particular de presentar el único escenario que habitualmente se compone este tipo de propuestas (ya que es inevitable recordar otras piezas similares como la célebre Cube de Vincenzo Natali), aquí ignorando el espacio cerrado para exponer una enorme localización indeterminada vestida de fondo negro ilimitado con todos los personajes formando un círculo. Esto puede llegar a impregnar a la cinta de ciertos ecos sci-fi, mucho más evidentes en la resolución, pero que sin embargo no serán trascendentales en el desarrollo de la trama aunque sí en las maneras que cada uno de los personajes vayan desapareciendo de ella.

Y es que la película se desarrolla con una visión cercana, tremendamente voyeurista, del planteamiento del macabro juego que se ha de seguir: el grupo de 50 personas irá votando sucesivamente aquellos que creen que no han de continuar, con el objetivo de que tan solo quede un individuo con vida. Así se originarán las disputas del grupo de personajes, tan variopinto como estereotipado, cayendo en todo tipo de dilemas y tropelías morales a la hora de sentenciar a sus compañeros de aventura. Es curioso como la película funciona a la hora de mantener la tensión, en una propuesta que pide apoyo principalmente en el diálogo; cada uno de los personajes llevará al extremo de la moralidad la premisa del “matar o morir”. Esta se plantea con una meticulosa psicología con la que se expande lo simple de su propuesta, logrando suscitar interés bajo su narrativa en tiempo real; el concepto se enriquece de ello por lo medido del dibujo de sus personajes y las consiguientes medidas éticas, aunque en más de una ocasión se vean susceptibles de cierta previsibilidad. Esto, quizá unido a que el gran número de personajes no permita ir más allá de algunos roles dignos de más profundización (que en algunos casos pronto veremos desaparecer) es quizá lo primeramente reprochable a este Circle, que sin embargo consigue apuntarse un importante tanto en sus formas.

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Circle promueve una etiqueta underground a su característica principal, la ya citada teatralidad: la manera en la que el film consigue mantener el interés bajo la percepción de una localización abstracta le permite centrarse en las relaciones humanas de una manera bastante extravagante, dando en el clavo en las maneras que sus personajes cumplen los parámetros de personas del día a día, ignorando la presencia de (anti)héroes capaces de robar la épica de la ficción; aún cayendo en lo estereotipado de algunos roles y secuencias (algunas de ellas que se verán venir de lejos) sí que se consigue la empatía con el espectador, al que se le plantea la visión de la historia en un asiento de primera fila. El grupo de personajes será llevado a un extremo emocional, campo de supervivencia mucho más trascendental que el mero hecho de desaparecer, algo que hace a la película bastante rica en diversos matices.

A Circle podría achacársele el desmesurado número de personajes que pretende involucrar, así como algunas naderías de estilo que en lo visual no acaban de encontrar género, pero triunfa a la hora de expandir su simple concepto bajo unas lecturas que implican directamente a la finura del espectador a la hora de asimilar el diálogo y el despelleje moral de los personajes. Aunque la inverosimilitud de su surrealista conclusión pudiese dinamitar esa personalidad íntima que la película se ha ido construyendo durante todo el metraje, el film deja una sensación bastante positiva, como una ocurrencia bien contextualizada, que en otras maneras más costumbristas pudiera dejar la sensación de cortometraje alargado hasta la extenuación. Afortunadamente, en Circle su duración se amolda a todo su desarrollo, dejando al menos una de las propuestas más curiosas de la temporada.

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