Correspondencias (Rita Azevedo Gomes)

«Em Creta, com o Minotauro,
sem versos e sem vida,
sem pátrias e sem espírito,
sem nada, nem ninguém,
que não o dedo sujo,
hei-de tomar em paz o meu café.»

«En Creta, con el Minotauro,
sin versos y sin vida,
sin patrias y sin espíritu,
sin nada ni nadie,
excepto el dedo sucio,
he de tomar en paz mi café.»

Em Creta, com o MinotauroJorge de Sena

Correspondências se presenta como un ensayo audiovisual construido a través de las cartas intercambiadas durante más de dos décadas entre la poetisa portuguesa Sophia de Mello Breyner y el poeta portugués Jorge de Sena. ¿Cómo funciona esta conversación? Varios actores y actrices, acomodados en amplias estancias, reinterpretan fragmentos de este intercambio epistolar. Uno por uno, leen pequeños extractos y se responden en ecos. También hay discursos que son dialogados, escenas teatrales que son representadas. Es aquí donde se aprecia la confianza que deposita Rita Azevedo Gomes, la realizadora, en sus intérpretes, amigos y amigas ante todo, puesto que su película de mínima factura se labra a través de la deconstrucción oral-visual del lenguaje de ambos poetas.

En este sentido, Correspondências es mucho más que cine contemplativo, no invita al calado de los versos en el espectador a través de su mera escucha sino que obliga a una implicación humanista, las simples connotaciones líricas para el amante de la poesía quedan externalizadas. Las cartas enviadas entre de Sena y de Mello sirven a la cineasta para elaborar un viaje a través del tiempo y del mar, puesto que habría que apuntar que de Sena hacía llegar sus cartas a su compañera desde el exilio, propiciado por el salazarismo. No obstante, no existe un ápice de pesimismo en la película ante este anverso ya que es precisamente el exilio lo que permite este viaje. Un viaje que se extiende durante más de dos horas entrelazando países y lenguas hasta arribar a una “transfronterización” literaria. Azevedo trasciende el exilio físico y las imágenes de su obra remiten al exilio del alma, el alma de un hombre a quien le duele un país que se ve obligado a abandonar por circunstancias mayores. Son precisamente los compañeros de viaje de la cineasta, venidos de aquí y de allá, de Francia, España, Italia e Inglaterra, quienes se reúnen para crear una nueva patria, patria de todas las lenguas, construida sobre las ruinas de una anterior, las de la poesía de una patria rota, la patria del exiliado. Y es en este constructo donde se refleja la belleza de esa poesía tan universal, capaz de unirlo todo y hablar de todo hablando de tan poca cosa. Los poemas de Jorge de Sena aluden a la naturaleza, al mar, a la relación entre su pueblo y su cultura, que tanto bebe de la mediterránea y, por ende, de la clásica. Ahí quedan poemas como el recitado hacia el final del metraje sobre el minotauro, esa criatura reflejo de la orfandad del poeta hacia su patria, de la incertidumbre frente a su origen, de la ausencia de un sentido de pertenencia y que, haciendo alusión a Cortázar, no es más que el hombre libre y diferente a quien la sociedad encierra en laberintos contra su voluntad.

Más allá, y como repetidamente parece estar asegurando la directora mediante las numerosas digresiones que concede, el largometraje traza una aproximación al proceso creativo a través de sus mecanismos expresivos. La cineasta mezcla en Correspondências ficción con documental, discurso y reflexión, celuloide con digital, monocroma con saturaciones y, por encima de todo, presente con pasado… para, al mismo tiempo, incitar a las evocaciones sensoriales del destinatario e interrogarse sobre los límites de la representación cinematográfica. Azevedo se sirve de todo ello para expandir lo narrable, para lograr que su película inabarcable, imposible de resumir. Integra marcos dentro de cuadros, planos dentro de planos, puebla sus habitaciones de ventanas y puertas queriendo enseñarlo todo. En una secuencia del largometraje, un muro muestra una cantidad ingente de fotogramas que casi logran rodear la estancia por completo en una maniobra de sublimar el espacio y elevarlo a lo infinito. No obstante, ocurre que a medida que Correspondências avanza, estos marcos se reducen, hasta llegar al poema recitado en la cueva, en el origen de todo.

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