Entrevista a Grímur Hákonarson, director de Rams

La trayectoria profesional del islandés Grímur Hákonarson dio un gran giro el pasado 23 de mayo, cuando su película Rams conquistó el premio Un Certain Regard en el Festival de Cannes. La obra, que trata la vida de dos hermanos granjeros del norte de Islandia que llevan sin hablarse 40 años pese a vivir puerta con puerta, hasta ese momento iba camino de ser simplemente el segundo largometraje de un director bastante desconocido. Sin embargo, la buena acogida en la localidad francesa y el posterior galardón, unidos a la propia calidad de la película, le han permitiendo al cineasta exhibir su película por muchas partes del mundo. A las salas de España llegará el 13 de noviembre (tras haber sido exhibida en la Seminci), por lo que Hákonarson se ha pasado por Madrid para mantener una distendida charla con Cine Maldito y nuestros compañeros de la Agencia EFE.

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Aquí en España se considera al cine islandés como algo bastante exótico. ¿Cómo se encuentra la industria cinematográfica de Islandia actualmente, es fácil desarrollar una película allí?

Es un país pequeño, de unos 320.000 habitantes. Somos gente muy cercana unos a los otros y a nuestra familia. De hecho, Rúnar Rúnarsson (director de Sparrows, ganadora de la Concha de Oro en el pasado Festival de San Sebastián, N. del R.) y yo fuimos juntos al instituto.  La industria también es pequeña, no tenemos demasiado dinero para hacer películas. De hecho, no hacemos muchas películas al año, sólo unas cuatro o cinco. Pero hay mucho talento, es un país pequeño pero efectivo. Los islandeses consumimos mucha cultura. Como los inviernos son muy oscuros y fríos, la gente va al teatro o a algún concierto. Además, leemos muchos libros.

¿En qué te inspiraste para contar esta historia, como te surgió la idea?

Rams está basada en una historia real que me contó mi padre. Son dos hermanos que no se hablan desde hace cuarenta años, aunque ambos viven en la misma tierra, sin un muro que les separe pero tampoco sin ninguna ventana desde la que observar la casa del otro. Además de esta historia real, existe la conexión de que mis padres se criaron en el campo y por lo tanto yo pasé mucho tiempo allí, así que conozco bien la pasión que tiene esa gente respecto a las ovejas. Las ovejas son como el símbolo de allí, de hecho los primeros habitantes de Islandia llegaron junto a ellas.

¿Cómo describes esta vida en el campo? Me imagino que los inviernos deben de dotar a la gente de un carácter especial…

Puedes comprobar en un mapa que Islandia está en pleno océano Atlántico. En teoría somos parte de Europa, pero realmente siempre hemos estado aislados como nación. La gente del campo se siente un poco igual, viven en medio de ningún sitio. Fíjate en los que viven en las granjas del norte de Islandia, con inviernos muy duros, mucha nieve, mucho frío… La gente que vive sola con las ovejas, como estos granjeros, creo que se convierten en personas especiales. No llegan a tener mucha conexión con la gente. Por ejemplo, algo así me sucede cuando estoy escribiendo mis guiones me voy a una casa de campo y permanezco allí mucho tiempo en soledad. Empiezo a hablar conmigo mismo (Risas). Creo que el aislamiento nos convierte en algo diferente al resto de la gente. Pero la razón por la que estoy contando esto es porque creo que los protagonistas de esta película reflejan bien el carácter islandés: testarudo y muy independiente.

(SPOILER) Una cosa que encuentro muy interesante de la película es que los hermanos se unen cuando encuentran un enemigo común…

Sí, es verdad. Ambos aman las ovejas y dichas ovejas proceden del mismo linaje, una estirpe que sus antepasados han ido cultivando a lo largo del tiempo. Como en la película, cada año allí se celebra esta clase de torneo para encontrar la mejor oveja, y las mejores ovejas suelen provenir de este linaje. Así que tienen un interés común, ambos son capaces de dejar a un lado todos los conflictos acerca de las tierras para salvar a estos animales. Esto también está basado en hechos reales, por cierto, como toda la película excepto un detalle: el perro que entrega mensajes entre hermanos. Es la única cosa que añadí de la ficción. Puedo decirte que justo ahora, en Islandia, hay un granjero norteño que tuvo que matar a sus ovejas y que ahora quiere conseguir un pequeño permiso para enterrarse con ellas. Está luchando por ello y la asociación de granjeros de ovejas le apoya.

¿Cómo crees que está reaccionando el público respecto a esta relación entre humanos y ovejas? ¿Lo están entendiendo bien o les parece algo inusitado?

En realidad, es uno de los elementos más importantes de la película. Lo que traté de hacer en un principio era dirigirme a gente que no sabía nada acerca de las granjas, gente de la ciudad, y hacerles sentir acerca de esta conexión con las ovejas. Esa era una de mis principales intenciones con esta película. Entiendo que los espectadores al principio de la película estén descolocados y no les preocupe lo que sucede con las ovejas, pero espero y creo que, tras verla, comprendan la necesidad de la gente del lugar por vivir allí y cuidar de estos animales.

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Rams empieza con un tono ciertamente cómico pero poco a poco se va recrudeciendo… ¿Dónde encontraste la clave para que esta transición se plasmara adecuadamente en pantalla?

Creo que la idea básica acerca de lo que plantea Rams es la de una tragicomedia, algo divertido y triste al mismo tiempo. Buena parte del humor de la película es muy natural. Hay muchas situaciones, como la del perro llevando mensajes entre hermanos, que hacen reír a la gente. Pero creo que ese equilibrio entre drama y comedia es un punto intermedio difícil de conseguir. No quería que mi película fuese demasiado pesada u oscura, así que trabajé para lograr dicho equilibrio, porque si ocurriese lo contrario, si Rams hubiera sido demasiado graciosa, se habría perdido cierto toque. Creo que lograr este cocktail entre drama y comedia es uno de los puntos de mayor éxito en la película. La secuencia de las navidades es un buen ejemplo de ello. Por cierto, esta escena era mucho más larga en el guión, tuve que recortarla porque la idea de la película habría cambiado.

¿Fue difícil trabajar con las ovejas? (Risas)

Realmente seleccionamos las ovejas muy cuidadosamente, hicimos un casting (Risas). Trajimos muchas ovejas de diferentes granjas. Algunas de ellas se asustaban de nosotros y huían, pero las que finalmente usamos en la película estaban muy habituadas a los seres humanos, bastante calmadas. Y la razón de ello es que sus granjeros les hablan. Tenían que lucir bonitas en Rams, con una buena lana. Estuve acompañado en todo momento de un granjero profesional que me aconsejaba sobre varios aspectos y cuidaba de las ovejas. En realidad, el rodaje con las ovejas no tomó demasiado tiempo para lo que pretendíamos hacer. Usamos algunos trucos; a veces, este granjero gateaba con las ovejas y ellas le seguían. Un aspecto difícil fue cuando tratamos de meter a doscientas ovejas en las casa. Como era verano, ellas querían estar fuera. Teníamos cerca de treinta personas a su alrededor, así que las ovejas finalmente se agitaron y corrieron hacia todas partes, fue como una revolución de ovejas (Risas). Tuvimos que trabajar durante dos horas para volver a reunirlas. Pero realmente hicieron un buen trabajo, creo que no he tenido problemas trabajando con animales. Quizá la razón de ello sea la que he comentado antes, que cuando era niño estuve en una granja durante un tiempo.

En este sentido, ¿cómo fue el trabajo con los protagonistas? Pese a su aspecto frío, al final resultan simpáticos.

Creo que lo importante para el espectador es que uno puede comprenderles. Al cuidar de las ovejas y hablar con ellas, acaban transmitiendo mucho. Los dos protagonistas son actores profesionales pero, al no haberse hecho en Islandia demasiadas películas, esta era una gran oportunidad para ambos, por lo que pusieron mucho esfuerzo en Rams e hicieron todo lo que les pedía. Traté de centrarme en que parecieran granjeros de verdad, con barbas pobladas y ropa adecuada, pero también les llevé al campo por unos días para que trataran con las ovejas, condujeran tractores, etc. Les enseñé a hablar con las ovejas, a saber tocarlas. En definitiva, tenía que hacerle creer a la gente que ellos son granjeros. Así que mucha gente, tras ver la película, me pregunta si son actores de verdad o son granjeros interpretándose a sí mismos. En realidad, algunos de los personajes son gente del valle, verdaderos granjeros; por ejemplo, el que hace de “jefe” de la zona. Por tanto, hicimos una mezcla de actores profesionales y población local. La razón de ello es que los actores profesionales son gente de la ciudad que luce demasiado bien, que tiene buen aspecto.

Cuando estabas escribiendo el guión, ¿alguna vez pensaste acerca de contar explícitamente lo que les pasó a los hermanos para que no se hablaran?

No me gusta sobreexplicar las cosas en mis películas. Hay una escena en la que explico esto que comentas, cuando se habla sobre las tierras. Creo que la parte más importante es que ambos son diferentes.; incluso, uno de los hermanos no es estable mentalmente. Creo que a través de todo esto se explica bastante bien lo que sucedió entre ellos.

¿Cuál es tu película maldita favorita?

Happiness, de Todd Solondz. Este es uno de mis directores preferidos. Nunca diría que es mejor que grandes directores como Tarkovski, Kieslowski o Kubrick y no diría que es una película que podría meter en un Top 10 o algo así, pero personalmente me encanta. Fue muy inspiradora para mí.

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