La alternativa | Agente especial (William Keighley)

El cine ha abordado en sus contenidos, a lo largo de la historia, una amplia diversidad de temáticas y personajes, por lo que es lógico suponer que una de las actividades más reconocidas en los dos últimos siglos, el periodismo, tuvo cabida en el Séptimo Arte, con diverso grado de trascendencia en los filmes que, de alguna manera u otra, se han referido a este oficio.

Special Agent

La relación del cine con el mundo de la prensa ha dado buenos frutos fílmicos, sobre todo cuando se ha enfocado aspectos relacionados con la incidencia del poder empresarial mediático, el sensacionalismo informativo, la búsqueda de la exclusividad de la noticia, el periodismo investigativo, etc. Un puñado de obras maestras han surgido al respecto: Ciudadano Kane, Trágica Información, El Gran Carnaval, His Girl Friday o Network, por citar unos ejemplos; sin olvidar a otros filmes que supieron trascender en el tiempo, por diferentes motivos, como: Todos los Hombres del Presidente, Deadline-USA, Frost vs. Nixon, entre otros.

Pero la incursión del oficio comunicacional en el cine también generó cintas que han ido quedando en el olvido y que al ser descubiertos constituyen auténticas curiosidades para cualquier cinéfilo o periodista. Uno de estos casos es Agente Especial (Special Agent) de William Keighley, que pone al descubierto un novedoso aspecto de la profesión mediática al usarla como método investigativo de un ámbito de acción gubernamental. La película narra cómo el Ministerio o Departamento de Hacienda estadounidense filtra a uno de sus agentes como reportero para que genere amistad con un temible gángster y consiga pruebas en su contra por la evasión de impuestos de sus negocios.

Este filme nos muestra ese hecho muy conocido de la relación estrecha que se genera entre el comunicador con sus fuentes de información, especialmente las policiales, pero en este caso va más allá y devela el contacto casi de amistad que ha logrado hacer un periodista con un mafioso, y es que la premisa es que la consecución de un determinado fin justifica los medios. Aquí se verá cómo, para una instancia de gobierno, el cumplimiento de la ley federal está por sobre todas las cosas, llegando a disponer incluso que si es preciso robar información para conseguir pruebas de transgresiones a la ley, se debería hacer. En este contexto, se estructura en el filme un personaje periodístico ambiguo, a veces neutral y a veces interesado, dejando un sentido de amoralidad en él, mezclado con dosis de cinismo.

Special Agent

Agente especial aporta elementos para ampliar el criterio de lo que significa determinada justicia, pues en este caso al gobierno no le interesaba acabar físicamente con un gángster, sino demostrar que lo puede capturar y colocarlo en prisión y así evidenciar que no es más inteligente que la esfera estatal, aunque esto cueste esperar pacientemente y, de cierta manera, proteger su vida a costa de los crímenes (asesinatos) que cometa, hasta encontrar las pruebas. El objetivo es que el sujeto sirva como ejemplo latente para la sociedad colocándolo tras las rejas y haciendo que este hecho quedé registrado en la opinión pública a través de los medios de comunicación.

Una interrogante moral aflorará viendo este producto fílmico, cuando se note que el estafar al fisco ha resultado ser más grave que atentar contra la vida de alguien. La persecución implacable a un criminal, con infiltración de un periodista incluído, será por no cumplir con una ley tributaria, no por ser autor intelectual o material de una matanza. Aspecto discutible pero con dosis de realidad, pues recordemos como el famoso Al Capone, a inicios de los 1930’s, no fue a la cárcel por sus asesinatos sino por no pagar impuestos.

Agente especial constituye también otro documento audiovisual del ambiente mafioso de la Norteamérica de los años 1930’s, de sus personajes y de sus códigos de comportamiento. El estilo de vida de un gángster, su instinto criminológico, sus fórmulas de engaño, las podremos apreciar en este filme.

Special Agent

La película se produjo en plena vigencia del Código Hays, que establecía un conjunto de normas a cumplir para evitar la censura. Por ello, la cinta intenta ser violenta pero con moderación, y además coloca uno que otro mensaje moralista para no tener problemas con los censores, sea en diálogos o en escenas metafóricas, como cuando un policía “soplón” recibe la paga en efectivo de la mafia por su ayuda y envuelve los billetes en un periódico que anunciaba la masacre ocasionada por este grupo.

La prensa tiene su relativa importancia en el hilo conductor de la trama, pues las primeras planas o titulares de los periódicos se constituyen en nexos argumentales, que dan continuidad e importancia a una acción, dejando entrever que lo que no se publica en los diarios no existe en la historia. La labor de la policía, de la institución judicial y de la propia mafia tiene que ser reflejada en los medios de comunicación, parece sugerirnos la película.

En lo artístico, Agente especial posee un cierto aire teatral, y en contadas ocasiones logra estructurar un elemental estilo «noir» en la composición de las luces de algunas escenas y en uno que otro diálogo. En la actuación, definitivamente los aplausos se los lleva Ricardo Cortez, quien representó magníficamente al villano principal. Su personalidad, su semblante frío y calculador dibujaron un gángster cinematográfico convincente y temible. Sobre Bette Davis, lo cierto es que en este filme aún no es factible verla en todo su esplendor, pues en 1935 aún estaba madurando su característico estilo, pero faltaría poco, muy poco, para convertirse en una de las grandes de la historia.

Con respecto al director William Keighley, vale contar que al inicio de su carrera sintió una especie de apego a promocionar en sus filmes la labor de los agentes federales o policiales, y de cómo eran capaces de camuflarse para descubrir fechorías. G-Men, Bullets or Ballots y la cinta que analizamos en este texto son un buen ejemplo del estilo Keighley, quien después mutó a los géneros de la aventura y comedia, con cierta repercusión.

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