Festival Punto de Vista: Restrospectiva “An Oceanic Feeling”

El primer día del Festival Punto de Vista de este año 2020 nos trae una serie de retrospectivas tan interesantes como enriquecedoras para cualquier amante del cine documental, experimental… o para cualquier amante del cine en general. Una de ellas es “An Oceanic Feeling”, título que nace de la mezcla entre concepto freudiano y la literalidad de la frase, que poco tiene que ver con el mar en su concepto. Curada por Erika Balsom, esta retrospectiva combina la fuerza del mar con su calma y de la mano de autores como David Gatten o Peter Hutton, nos brinda la oportunidad de ver más allá de las aguas.

La primera parte de este ciclo dividido en seis bloques cuenta con cuatro títulos, comenzando por Barque sortant du port de Louis Lumière (1985) que funciona perfectamente como apertura al ciclo debido a su carácter de “cine primitivo” y a su brevedad. En este cortometraje vemos una de las clásicas “vistas Lumière” en la que un grupo de hombres sortean las olas del mar bravo en un pequeño bote mientras dos mujeres y dos niños los observan desde el muelle de piedra. La inmanencia del momento convierte a los hombres y al espectador en presas de la incertidumbre característica del cine de atracciones, reduciendo al ser humano a una casualidad dentro del cuadro. No sabemos quiénes son los marineros ni tampoco importa… el viento, las olas y el movimiento proporcionan mucha más información que cualquier intertítulo.

Rompiendo con la estética del corto anterior e incluso con la misma forma de la realidad, What The Water Said, Nos. 1-3 (David Gatten, 1997) nos lleva por los senderos abstractos del cine de animación experimental. Siguiendo la larga estela de Stan Brakhage, Gatten propone un ejercicio radicalmente conceptual, anulando la forma y optando por una propuesta totalmente abstracta. Coloca la película en trampas para cangrejos de manera que no filma nada, sino que el mar, las rocas y demás elementos del fondo marino hacen la labor de moldear la película. El resultado es un compendio de fisuras, marcas, colores y demás deformaciones en el celuloide, que se pasa por el proyector sin filtro y con la misma banda de sonido para intentar recrear ese proceso de inmersión no-humano que hace el propio material. Intentando así revelar lo que dice el agua.

La obra menos accesible de Peter Hutton se proyecta nada más acabar el ejercicio abrasivo de Gatten y resulta ser la pieza más bella y evocadora del cuarteto. Looking at the Sea (2001) es el trabajo de un poeta romántico que mira hacia el oeste desde las costas de Irlanda, vislumbrando el sol poniente mientras el oleaje amenazador lo hace recapacitar sobre los emigrantes de hace no tanto tiempo. Su obra, como todo su cine, posee una poesía y un sentimiento sin igual, casi religioso. El montaje, como una respiración que posee amplias inhalaciones y pequeñas exhalaciones funciona a modo de pulmón-ojo que inevitablemente absorbe el campo visual individual para llevarlo a cotas que trascienden la imagen. Del romanticismo alemán al claroscuro de un Doré taciturno, Hutton recoge imágenes únicas, como de costumbre, y las maneja con la delicadeza y la fuerza de un asceta.

Finaliza este primer ciclo con la obra más extensa, o al menos la que más cuesta arriba se hace, pues blue mantle (Rebecca Meyers, 2010) es un film que posee una disrupción tan amplia como su bagaje. Y es que, el uso de obras museísticas, pinturas variadas, textos inabarcables y un uso de la música tan caótico como su montaje eclipsan la belleza de los planos del mar, a veces arenoso, a veces celestial, de su imaginario. Meyers se desvive en un carnaval de referencias e imágenes que, por su demasía, se convierten en un tedioso manual pseudo-poético del mar y el naufragio del hombre en él. Es cierto que tiene momentos de extenuante hermosura, pero el conjunto resulta un palimpsesto de gatillazos climáticos que borran lo que van dejando atrás por su impertinente momentaneidad, ando como resultando una obra ridículamente épica.

Esta interesantísima retrospectiva continuará en lo que queda de semana con obras de autores como Jean Epstein o Lois Patiño, pasando por Mati Diop. Esperemos que siga ofreciendo experiencias profundas, además de extenuación visual.

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