Lolo & Sosaku: The Western Archive (Sergio Caballero)

En su nueva película, el director barcelonés Sergio Caballero muestra las obras del dúo de artistas contemporáneos Lolo y Sosaku, conformado por el italiano Lolo Della Pietra y el japonés Sosaku Miyazaki, quienes interpretan a dos personajes arquetípicos del western. Los artistas resignifican la imaginería y escenas clásicas del género, prescindiendo de los diálogos y mostrando una serie de secuencias inconexas en las que vemos, entre otros ejemplos, a sus personajes atrapar un brazo robótico “rebelde” como si fuese una cabeza de ganado. Toda esta parafernalia es además ambientada a través de los sonidos rítmicos extraídos de algunas de sus instalaciones de museo, en las que emplean estructuras automatizadas hechas con materiales y maquinaria variada para generar melodías con sus fricciones, golpes y movimientos repetitivos.

Lolo & Sosaku: The Western Archive funciona a nivel básico como una ficción de parodia u homenaje al western, mostrando una gran inventiva al reimaginar escenarios y personajes, y generando una afinidad con el espectador acostumbrado al lenguaje y estereotipos del género; sin embargo, en este sentido, la película evoca un nivel de abstracción al respecto de todos estos elementos que se traduce en una narración críptica, emocionalmente fría y, en el fondo, más preocupada por el género desde un terreno representativo, como si estuviera rellenando ítems de una lista y el gozo estuviese en ser capaz de recrear escenas de manera creativa, que desde el sentimental o discursivo hacia el trasfondo del western. La sensación que me da es que Lolo y Sosaku piensan en la temática elegida más como una herramienta de cohesión estética de sus obras que como un elemento que tenga un discurso propio que les apetezca explorar.

De hecho, el elemento ficcionado de la película no parece ser tan importante frente a la condición de esta como una elaborada instalación artística, donde creo que está la verdadera alma y el interés de esta cinta. Las instalaciones presentadas a lo largo del metraje como elementos de la banda sonora se individualizan y muestran siempre en su contexto con título incluido, abandonando sin tapujos el escenario desértico y rompiendo en todo momento la ilusión de estar viendo una historia lineal de dos personajes. A los artistas y a Caballero no les interesa, en mi opinión, una ficción al uso en la que el espectador se vea embaucado de inmediato por la trama, naturalizando toda la parafernalia que lleva detrás, sino que le sacan constantemente de ese trance y buscan, tal vez, una conexión más compleja, en la que este sea consciente del artificio y la irrealidad de los mecanismos empleados, y que los admire por sí mismos como elementos de validez artística y emocional; y solo una vez aceptado esto llegue a visualizarlos en el espacio de la ficción.

Si eso último era la intención, destruir sistemáticamente la conexión emocional con su trama y personajes, para luego reconstruirla a un nivel más profundo y elaborado, creo que Lolo & Sosaku: The Western Archive, a pesar de su acierto ocasional y de no dejar de ser una experiencia curiosa y absorbente a su modo, falla en el propósito, no logrando evocar un nivel de compenetración significativo con su narrativa ficticia. Durante todo el metraje, no me resulta difícil quedarme fascinado y admirar las piezas artísticas presentadas, los ritmos y la musicalidad, y apreciar la estética lograda; en ese sentido, prefiero quedarme con la fuerza que me transmite como instalación de museo filmada —o simulada— y carta de presentación del trabajo espectacular de Lolo y Sosaku antes que con la cohesión pretendida a través de las aventuras de sus personajes. Ni siquiera creo que tenga un discurso realmente interesante en el terreno de dicha ficción; no encuentro ideas ni planteamientos fértiles sobre los mitos y convenciones del western, más allá de la recreación de escenarios que siento tan lúdica y entretenida de ver como superficial.

Con esto no estoy diciendo que considere el film una experiencia mala o fallida, pero sí es una en la que creo que uno de los elementos se encuentra gravemente limitado y ahogado por el otro. Probablemente con intención, ya que el filme potencia y celebra dicha disociación emocional, pero hay un punto dentro de toda su estrategia intrincada de abstracción al que no llega, y que me hace ver la temática del western más como un ornamento prescindible frente a unas expresiones artísticas que hablan con la suficiente intensidad por sí solas que como un elemento que realmente dé estructura narrativa y sentido emocional al todo.

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