La alternativa | Mutual Appreciation (Andrew Bujalski)

Mutual Appreciation, el segundo largometraje del director y guionista Andrew Bujalski, es una película de apariencia amateur que trata sobre las vidas banales y —vistas hoy— generacionales de sus protagonistas. Un retrato poliédrico sobre un músico, un profesor y una periodista a punto de llegar a los 30 que no pretende emitir un juicio de valor elevado sobre personas que viven en una cotidianidad algo vacía y también fatua. Con un guion que recurre con mucha frecuencia al verbo y con una cámara que presta mucha atención a la expresividad, seguimos las peripecias vitales de Justin Rice en el papel de Alan, el músico que intenta triunfar en el circuito neoyorquino sin mucho entusiasmo, de su amigo Lawrence (el propio Bujalski) y, en ocasiones, de Rachel Clift, que interpreta a Ellie, la novia de Lawrence, la cual siente una ligera atracción por el amigo de su novio. Un tema muy habitual en las comedias románticas, pero que, a diferencia de las construidas por los grandes estudios, aquí se centra y pone más el foco en la —carencia de— actuación del elenco y en un desarrollo menos formal y aún menos encorsetado.

Musicalmente hablando, Mutual Appreciation solo muestra una actuación y cuarto de su protagonista, pero como esta es la excusa para hablar de ella, aprovecho para hablar también de Justin Rice, que en la portada me sonaba un poco y he reconocido al empezar a hablar como el cantante de Bishop Allen, una de las bandas que más escuché entre 2006 y 2007, cuando yo estaba más metido en el mundo MySpace y ellos estaban publicando un EP al mes desde enero (con el título de cada mes). En aquel entonces viví muy fuerte canciones como The Monitor (del March EP), Click Click Click Click (del July EP) o Rain (del posterior LP The Bishop Allen & the Broken String). Todo autopublicado en físico a través de su página web y en dicha red social en digital, por lo que intuyo que entre la película y la historia de la banda formada en sus inicios por Justin Rice y su amigo Christian Rudder —Alex en Funny Ha Ha— hay algo de relación biográfica. No en vano, he leído en Wikipedia que Andrew Bujalski vivió junto a Rice y Rudder en una casa situada en una calle/camino/avenida llamada Bishop Allen Drive y fue él quien dio nombre a la banda.

Es decir, que aquí la música es solo una excusa porque entretanto ocurre la vida, y la premisa del cantautor que busca un batería para dar un concierto es la excusa aquí para hablar de la ansiedad y la incomodidad de los jóvenes de entonces, que en aquel momento contrastaban del cine independiente de la Generación X por la cantidad de escenas que parecen improvisadas, repletas de diálogos entre embarazosos, incómodos, realistas y todo lo contrario, al ser muchos de ellos personajes burgueses (o de padres con dinero al menos) viviendo a lo bohemio, siendo extremadamente introvertidos o expresando sus pensamientos en voz alta con la misma naturalidad como si fuesen a decir algo normal.

Más o menos a la mitad del metraje, mi pareja me ha escrito al WhatsApp para preguntarme si me estaba gustando Mutual Appreciation y mi respuesta ha sido «es la típica peli indie de los 2000 en blanco y negro, sobre lo que es vivir en Nueva York. Tipo Frances Ha pero versión tío y más lenta», a lo que añadiría otra película sobre la que guardo un vago recuerdo que se sostiene sobre unos planos de zapatillas desparejadas y abandonadas en las calles de Los Ángeles. Pero como esto no es WhatsApp, y porque en realidad la película también bebe de mucho cine anterior, desde el espíritu de Woody Allen al de John Cassavetes, diré que su honestidad artística y autoral —que también se menciona alguna vez en la película a nivel musical— es lo que la mantiene a flote bien vigente, dada la porción de soledad expuesta, los cuchitriles en los que viven de alquiler todos sus personajes, pagando una exageración, o conviviendo con un deseo constante de encontrar aceptación y de ofrecerla socialmente. Porque, a fin de cuentas, la película, que no va de nada en concreto, trata algo tan amplio como es la gente que se está buscando, no se encuentra o simplemente se da de bruces con la vida adulta que se mezcla con la juventud. Personas con vidas entre normales y algo anodinas, pero con momentos estelares y algo hípsters al caer la noche, que se siente incómoda al tener que estar con otros, pero que descubre lo a gusto que está también, convirtiendo los momentos de espontaneidad, intimidad o diversión en un contraste y un regalo cada vez menos habitual en nuestro día a día (o el de ellos al menos).

Aunque conocía —de oídas— Funny Ha Ha, ópera prima de Andrew Bujalski, desconocía que está considerada la primera de la corriente cinematográfica ‹mumblecore›, movimiento en el que también se sitúan las ya mencionadas Frances Ha (aunque he fallado al incluirla en los 2000, pues es del 2012) y Buscando un beso a medianoche, que es la otra que he comentado antes de recordar el título exacto (al entrar en la historia del ‹mumblecore› me apareció como la tercera película más popular).

¿Te estás divirtiendo? Y si la respuesta es no, ¿por qué no te estás divirtiendo?

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