El arte del perdón (Titus Kaphar)

Acaba de estrenarse en España, a través de Filmin, El arte del perdón (Exhibiting Forgiveness). Presentada a comienzos de 2024 en el Festival de Sundance, la película nos cuenta el conflicto personal de un pintor negro en su reencuentro con traumas anteriores.

El film es el primer largometraje del pintor norteamericano Titus Kaphar (Michigan, 1976), que aquí nos plantea una trama en el que se entremezcla su visión del proceso de creación artística, con una historia de reconciliación con el pasado y cómo ambos ámbitos conectan entre sí, en una realidad indisoluble en la que la experiencia vital propia y pintar un cuadro forman parte de la naturaleza íntima del individuo.

Protagonizada por André Holland (al que hemos visto en films como Moonlight o series como The Eddy), ejerce en cierta forma de ‹alter ego› del director, siendo sus propias pinturas —por cierto bellísimas y de gran potencia visual— las que ejecuta el protagonista en la película, en un drama que nos habla de la familia, el rencor, el pasado y sus traumas, el racismo, pero también la redención, el perdón y la relación de todo lo anterior con el proceso de creación de un artista, que aquí queda plasmado con gran brillantez e integridad.

Nos encontramos ante una película muy interesante, sobre todo por su tono suave y lleno de sensibilidad, su excelente y delicada banda sonora, su tempo pausado y una fotografía luminosa, que dotan al film de una personalidad propia, alejada del estridente y pirotécnico cine contemporáneo. Por otro lado, también cabría decir que esta opera prima no es perfecta, y aunque hay en ella un talento y sensibilidad especiales en su puesta en escena, adolece de un guión bien ensamblado que desarrolle convenientemente una trama y dote de un mayor peso a unos personajes cuyos comportamientos parecen más sobrevenidos que motivados, lo que a veces provoca cierta sensación de impostura en sus reacciones, por lo que la conexión y el devenir emocional de los protagonistas resulta a veces algo deslavazado.

Respecto a las interpretaciones, un elemento muy relevante y de mucho peso en una historia de estas características, aunque me suscita alguna duda la parte más dramática de la interpretación de André Holland, el resto de actores, en un elenco que componen Andra Day, John Earl Jelks y Aunjanue Ellis-Taylor, están impecables.

Es curioso, porque sin haber conexiones aparentes hay momentos, determinadas impresiones, en las que el visionado de este film me recuerda al debut de otro artista visual, Kogonada, en su ópera prima Columbus (2017). Esa quietud, esa fotografía, ciertos instantes contemplativos, la falta de estridencia, nos transportan también, con El arte del perdón, a lugares comunes que aunque con sus conflictos a uno no le importaría habitar, capaces de transmitir cierta paz en el estado de ánimo, a pesar de su mar de fondo.

Habrá que seguir a Titus Kaphar. Un pintor relevante y de éxito en EEUU, que previo a este debut en el largometraje nos transmitía en un corto que realizó en 2022, Shut Up and Paint su posicionamiento ante las irrenunciables conexiones de su obra, con su vida y activismo. Algo que, en cierta forma, aunque ceñido al ámbito de los traumas personales y sin apenas referencias a posicionamiento social alguno, plasma en un film que da la impresión de contener claras pulsiones autobiográficas.

Un muy interesante debut.

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