The Vile (Majid Al Ansari)

Había una cierta curiosidad por ver una cinta de terror sobrenatural realizada en Emiratos Árabes. Sí, puede parecer señal de prejuicio al respecto de la nacionalidad y de aquello de ver una propuesta solo por el “exotismo” de la misma. Algo de esto puede ser verdad, pero la duda, la curiosidad como decíamos, viene no tanto de su procedencia sino como de ver como interpretan los códigos del género a través de la mirada de su propia cultura. Y es que, por mucho que queramos, al final el subtexto se filtra a través del contexto retratado.

The Vile en este sentido es un ejemplo palmario. Una cinta de terror sobrenatural sobre demonios, muy en la línea de un James Wan, que no inventa la rueda, desde luego, pero que no se puede separar del marco en el que se desarrolla. La idea es poner en tela de juicio qué pasa al respecto de la poligamia legal y cómo afecta a las relaciones familiares.

De alguna manera el film de Majid Al Ansari es todo un alegato a romper con dicha legalidad. A través de la llegada de la segunda mujer en un matrimonio consolidado todo se va pudriendo desde dentro al mismo tiempo que, de forma nada sutil pero efectiva, las mujeres de la casa, madre e hija van tomando consciencia de la realidad que vivían hasta su empoderamiento final.

El terror, pues, actúa como una especie de ‹home invasion› consentida por la ley, una presencia perturbadora que puede actuar a su antojo socavando la unidad familiar sea en la forma humana corpórea o con la aparición puntual del demonio que la guía. Todo ello plasmado de forma no muy original pero sí efectiva: ruidos extraños, interferencias lumínicas, cosas que se ponen a funcionar solas y apariciones que siempre van a atacar los puntos débiles psicológicos de las víctimas.

Todo rodado en un buen tono opresivo, jugando con la luz, los ángulos muertos el crecimiento paulatino de lo extraño y, eso sí, con un abuso bastante considerable del golpe de sonido para crear ‹jump scares›. Puede parecer rutinario y es evidente que la influencia del terror americano de los últimos años está ahí como influencia destacadísima, pero ello no es óbice para resaltar que funciona en tanto es capaz de generar inquietud y dos o tres situaciones de genuino horror.

Desconociendo la realidad de la mujer en Emiratos Árabes, sorprende que la situación parezca no tan opresiva como pudiera pensar a priori, pero lejos de hacer un panfleto misógino que resaltara justamente lo bueno de este ‹status›, Al Ansari teje un film casi de denuncia cuya combinación con el horror, aunque evidente, funciona a las mil maravillas. El terror es pues situacional, lo sobrenatural no es más que la exposición de los miedos y las opresiones diarias que, imagino, en Emiratos se ven como normales, pero que para el director es materia de denuncia. La poligamia es una afrenta al amor y la casa donde sucede eso es poco menos que una prisión. Algo que damos por sentado en occidente pero que hay que agradecer que se ponga sobre la mesa en contextos tan complicados.

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