Partition (Diana Allan)

Partition, el nuevo filme de Diana Allan que se presenta en la Sección Oficial Internacional de l’Alternativa 2025, es una exploración de la historia palestina a partir de un archivo visual que se resiste a desaparecer. Diana Allan es antropóloga y cineasta y también es fundadora y codirectora del Nakba Archive, un proyecto testimonial que ha registrado en vídeo más de 650 entrevistas con refugiados palestinos de primera generación que viven en Líbano. La película se estrenó en el festival de cine internacional de Róterdam y ha recorrido varios festivales como Cinéma du Réel, Margaret Mead Festival, Open City Docs y DocumentaMadrid.

El filme se construye a través de voces de refugiados palestinos en Líbano e imágenes de archivo de la ocupación británica en Palestina (1917-1948). Son imágenes granuladas, repletas de manchas y aberraciones, pues están re-fotografiadas en 16 mm y por eso son indefinidas. Voces de mujeres narran las imágenes, las comentan, a veces las reinterpretan y su lectura se convierte en una práctica de resistencia. Vemos soldados, bombardeos; paisajes, un caballo, camellos, una mujer tejiendo, calles, pueblos, escuelas… Las voces reconstruyen lo que la imagen no muestra o ya no puede mostrar. Se activa así una cadena de historias que se complementan unas con otras, desplazándose entre la memoria heredada y la imaginación. Cada recurso narrativo genera una opacidad alusiva a la propia violencia histórica; una metáfora visual del modo en que un genocidio opera también como aniquilación de una cultura, de sus relatos y de su memoria colectiva.

Genocidios, de Júlia Nueno, «es una colección de ensayos que investiga el papel fundamental de las tecnologías digitales en la reproducción y amplificación de la violencia, al tiempo que explora su potencial para recuperar nuestra capacidad de interpretar y actuar». Se define como una lectura forense y reivindica la urgencia de «recuperar el espacio para una escucha crítica y la construcción colectiva de sentidos, como forma de reconstruir la verdad desde abajo». Partition es un ejemplo de cómo «las narraciones y las historias compartidas otorgan significado». Y como dice Júlia Nueno, con proyectos como este: «he comprobado que, con rigor analítico, es posible reconstruir la verdad con contenido fragmentado».

La tradición oral cobra importancia en el relato, se encarna en los cantos, plegarias y capas de sonido que se superponen sobre el archivo. La banda sonora oscila entre el estridente ruido del vídeo deteriorado y el sonido del presente, creando un puente temporal donde lo pasado se vuelve audible otra vez. El ruido de la grabación antigua, esa textura áspera del sonido analógico, funciona como huella material de lo vivido. De repente, una imagen de la interfaz del programa de edición irrumpe en pantalla, recordándonos que toda historia es montada, organizada y seleccionada. Allan no esconde la mediación: la película es tanto un gesto de investigación como un acto de duelo y de reparación.

Partition plantea que toda lectura del pasado está atravesada por la imaginación, el deseo y una posición política. Ese mismo recurso crítico aparece en La Feria de las Flores, un proyecto en el que se realizan visitas guiadas por las obras de Fernando Botero en el Museo de Antioquia. En este caso, las guías son menores de edad y víctimas del turismo sexual en Medellín, ellas comentan las representaciones del cuerpo femenino desde sus propias experiencias. Replantean la mirada patriarcal y sexista que ha marcado la Historia del Arte. De la misma manera, Partition no intenta ofrecer una verdad definitiva, sino mostrar cómo la historia palestina ha sido quebrada, dispersada y, aun así, sigue insistiendo en sobrevivir. Montada y dirigida por Diana Allan, el filme articula la causa palestina desde los huecos y las preguntas. Exige mirar con atención, escuchar con cuidado, y recordar que «cuanta más opresión, más fuertes son».

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