13 (recorded) Apparitions of her Ghost (Pere Ginard)

Un recordatorio de la conjugación del verbo “ver” —‹to see› en inglés— al comienzo de 13 (recorded) apparitions of her ghost de Pere Ginard con el complemento de los ojos parece sugerir con qué elemento pretende confundir al espectador. El relieve en la pared de un desconchado de pintura es examinado por la cámara, cuyo movimiento acaba por abrir el plano y descubrir una silueta que sugiere la presencia de un ser de carácter antropomórfico. El mismo título presente es ya una mediatización de nuestros sentidos, dado que nuestros ojos y cerebro están cableados para reconocer patrones y figuras conocidas en todo lo que vemos. Es la imagen sugerida, más que la presente delante de la mirada del objetivo, la que sirve para evocar nuestro imaginario colectivo, influido profundamente por la imagen cinematográfica y la tradición popular. La estructura de la pieza es episódica, aprovechando su breve duración para presentar distintas pruebas de la presencia de lo sobrenatural en una casa en la que el movimiento de una silla, la transposición de objetos en un cuarto de baño, una luz en las escaleras o una silueta que recuerda a un rostro formado en el desagüe son algunos de los ejemplos que explotan con brillantez y gran sentido cómico el concepto en su metraje.

El sonido atraviesa las imágenes de forma perturbadora. Esas imágenes que en su mayor parte terminan por crearse en la mente, explorando la dimensión psicológica de nuestra percepción hacia los fenómenos supuestos que se nos presentan. La clave es la búsqueda ineludible de significado en ideas visuales abstractas y elementos descontextualizados de lo cotidiano. Una toalla colgada no es sólo una toalla, un ser emerge en la cama debajo de una sábana y dentro de una patata aparece el rostro de un espectro. El mismo sonido ambiente y el movimiento repentino de la cámara o la posición de testigo inmerso en la experiencia de unos fenómenos extraños están diseñados para sugestionar la mirada presente en la película y, a través de ella, la nuestra. No vemos lo que existe, sino lo que se nos sugiere que está presente. No percibimos lo material sino aquello que transita un fuera de campo fantasmal, una zona ambigua entre nuestros ojos y el plano que se nos presenta en cada momento capturando una realidad invisible en el ámbito de nuestra existencia. El tono irónico a las viñetas que se nos muestran sirve para asumir por parte de la obra una distancia discursiva hacia sus creaciones visuales, otorgándole así una paradójica autenticidad añadida.

En el momento en que se nos sugiere la presencia de los sobrenatural, las expectativas ya están dispuestas para aceptar ciertos códigos narrativos y unas imágenes muy concretas que tenemos interiorizadas. No sólo reconocemos un lenguaje específico sino que vemos unas composiciones que deben cumplir con ciertas normas. La mediatización no parte sólo del anuncio previo de las intenciones de la película de Pere Ginard, sino también desde nuestro interior. Reconocemos imágenes vistas en otros lugares, construidas por retazos de otras obras audiovisuales que introducimos en 13 (recorded) apparitions of her ghost como otra presencia sobrenatural. Puede que los fotogramas sean nuevos y originales, pero contienen rastros de todos los otros cuadros, fotografías, libros, películas de terror de metraje encontrado, cine clásico y construcciones definidas por nuestro bagaje personal que introducimos por nuestra parte en el soporte en el que estemos construyendo un relato que esperamos siga unos determinados criterios estéticos, narrativos y formales. Las preguntas que aparecen sobreimpresionadas en cierto momento permiten descifrar este cruce entre distintos niveles de realidad dentro de las imágenes contenidas en la cinta y entre el espectador y esas mismas imágenes. «¿Estoy en mi lugar? ¿Estás tú en tu lugar?» Los fantasmas forman parte de nuestro universo tangible tanto como las imágenes consumidas son parte de nuestra manera de ver el mundo. Pero también nuestro mirada define las imágenes que vemos y su sentido a partir de todas las imágenes que hemos hecho nuestras o que nos poseen como un espíritu con voluntad propia.

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