Sesión doble: Il profumo della signora in nero (1974) / Torso (1973)

Seguimos disfrutando de la noche de miedo con mucho color, mujeres indefensas y asesinos sin rostro: es el momento del Giallo en pleno Halloween. Para ello hemos elegido Il profumo della signora in negro (1974) de Francesco Barilli y Torso: Violencia Carnal (1973) de Sergio Martino. El cine italiano más expresivo nos acompaña.

 

Il profumo della signora in nero (Francesco Barilli)

il profumo della signora in nero

Andaba yo perdido en las brumas amarillas del giallo, cuando una mano amiga me recordó que efectivamente amarillo era el color y dejó caer el evocador título que nos ocupa: Il profumo della signora in nero. Así, en italiano, porque parece ser que no se distribuyó en España. Las críticas a esta película resultaron irregulares. Es de suponer que las más crueles fueron las de la propia prensa italiana, que no supo reconocer a tiempo el filón del cine de terror propio, hecho con arte y oficio, especialmente en las décadas 60 y 70. En cambio, leyendo críticas más actuales, se puede observar cómo se ha convertido en lo que es, por definición, una película de culto (¡o maldita!): una cinta semidesconocida pero con un nutrido y a la vez pequeño grupo de aguerridos defensores. Me gustaría considerarme uno de ellos.

Aléjense los buscadores de caspa y gilipollez sangrienta; para ello recorran senza paura las obras menores de Lucio Fulci. No se me malinterprete, le adoro, pero es enervante la incapacidad de muchos fans de separar el grano de la paja. Aléjense, como digo, los que busquen una película sangrienta, boba y visceral. El film del nada prolífico Barilli (entre su escasa obra creo que podemos encontrar poco más que otro título bien maldito, Pensione Paura (La violación de la señorita Julia, 1977 (¡!))) está nacido a la alargada sombra de Polanski. Si el giallo, como dicen, es un estado de la mente, la trilogía del apartamento del mentado director, es su gran influencia, si bien Bava ya apuntara maneras con el film de obertura del subgénero, La ragazza che sapeva troppo en 1962. Hablo de estas protagonizaciones tan angustiosas por parte de féminas que no saben si sus sentidos las engañan, si los peligros que las acechan son reales o imaginarios y que no se sentirán seguras ni en el propio hogar. Quizá allí donde menos…

En este caso la protagonista es Mimsy Farmer, actriz estadounidense que vino a probar suerte a Europa y, además de algunas películas francesas, acabó haciendo varias películas para famosos directores de terror italiano, la más popular, 4 moscas sobre terciopelo gris, de Dario Argento, si bien acabó colaborando en abyectas obras de Deodato o Margheriti, entre otros.

¿Es más que un «itaexploitaion» de La semilla del diablo, como aquello que lanzó Martino un par de años antes, Todos los colores de la oscuridad? En el caso de que sólo consideremos eso a la película, sería de todos modos, una gran polanskini. La dirección es buena, el uso del color notable, las interpretaciones rebasan la decencia y, lo que importa, la atmósfera está bien cargada y sabe sumirnos en ese histérico estado en el que nuestras protagonistas no pueden que hacer más que dudar de su cordura. La película tiene un ritmo pausado, pero el final nos deja despiertos. Me gustó tanto que ni paré a plantearme si esto, en realidad, es un giallo. Qué más dará.

Escrito por Pablo Von Pelluch

 

Torso: Violencia carnal (Sergio Martino)

torso-1

Vale, de acuerdo. Sergio Martino no es tan conocido como Mario Bava u otros a la hora de dirigir Giallos, pero supone un auténtico placer echarle un ojo a esa pequeña maravilla conocida en España como Torso: Violencia Carnal.

Habría que avisar a toda persona ávida de Torso que no se recrea como en otros giallos en los asesinatos. De hecho, en uno de ellos, lo que se presupone como una auténtica matanza de chicas ligeras de ropa deja de ser mostrado en el momento mismo que empezaba lo bueno. Y es que se juega al cambio de punto de vista constantemente, y hay que decirlo, de una manera eficaz y llena de lucidez, como cuando la protagonista queda encerrada en una habitación y descubre que el asesino está en la propia casa aunque desconoce por el momento la existencia de la joven. Mientras nuestra heroína trata a la desesperada de conseguir la llave que está al otro lado de la puerta y se crea un suspense con maravillosos encuadres de la rejilla de la mirilla, un guante negro, el del asesino, hace acto de presencia y ayuda a la chica a recuperar la llave desde el otro lado, sin que ella sea ahora quien sepa que el asesino acaba de descubrirla y juega con ella. Es simplemente brutal esa escena, de lo mejor que ha dado el giallo, ahí es nada.

Hay cosas que no sé realmente si están llevadas o no, como es la elección de la protagonista, dado que a priori la acción recae en una chica y en la parte final resulta ser una amiga de esta quien debe enfrentarse al terrible asesino. Como viene siendo habitual en el género (de hecho la peli es la cinta perfecta para detectar todos los clichés del giallo, aunque se aleja del mismo por que no se centra en la investigación ni en resolver la identidad del perturbado de turno. Hay quien defendería que no es un giallo puro) todo proviene de un asesinato y las claves para resolverlo y al igual que en SuspiriaEl pájaro de las plumas de cristal o tantas otras, dicha clave es algo ya visto o mencionado que los protagonistas no consiguen descifrar, en este caso el pañuelo rojo y negro con el que el asesino ha cometido sus primeros crímenes, y que a su vez provoca más muertes ya que el encapuchado intenta eliminar a la pobre chica que pudiera identificarle.

Aún así Torso tiene un problema a la hora de visionarlo, y es la facilidad con que identificamos la identidad del hombre que va masacrando jovencitas. En sus primeros 20 minutos ya queda el misterio resuelto y eso no parece molestarle mucho al bueno de Sergio Martino. Su final tampoco está a la altura de lo visionado, pero bueno, no sería la primera vez que el género fuera acusado de no saber rematar la jugada.

Nos queda un giallo curioso, donde podemos presuponer la identidad del asesino fácilmente, donde un grupo de chicas son perseguidas por un asesino para intentar que no recuerden la característica que puede hacer que le descubran y donde también se nos deslumbran con escenas sueltas maravillosas, jugando con el punto de vista a partir de un momento que es magistral.

A verlo ya.

Escrito por El heredero de al-Mu’tamid

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *