Serbis (Brillante Mendoza)

Serbis

Esta 52ª edición del FICX acoge un ciclo del director filipino Brillante Mendoza, en el cual se encuentra su séptima película Serbis (2008). Mendoza obtuvo con esta película una nominación a la Palma de Oro del festival de Cannes, convirtiéndose en el primer director filipino desde Lino Brocka en 1984 con Bayan Ko: Kapit sa Patalim en competir en el festival en esta categoría. Mendoza es miembro de esa hornada de cineastas filipinos compuesta por nombres como Lav Díaz, Raya Martin, Nick Deocampo, Adolfo Alix Jr., Raymond Red o Sherad Anthony Sanchez, entre otros, que se han hecho un hueco en las pantallas y los festivales europeos, acercando la realidad de Filipinas y participando de la quiebra de un agotado eurocentrismo.

El cine de Mendoza se podría resumir en líneas generales como “realismo social”, debido al estilo cercano al documental con el que el director filipino se aproxima a sus historias y personajes, así como por su preocupación por retratar su país denunciando la pobreza, la corrupción y la falta de libertad. Para Mendoza el realismo que quiere imprimir a su retrato de la sociedad filipina es crucial y por ello nunca provee a los actores de un guión, sino que les permite realizar su propia investigación sobre los personajes que interpretan. De este modo Mendoza nos brinda la oportunidad de asomarnos a un país violento y extremo en sus desigualdades con el verismo de las historias cotidianas que lo conforman.

Serbis

Serbis se centra en la vida de la familia Pineda que posee un cine porno en Angeles City, Pampanga. Esta familia numerosa tiene que lidiar con problemas como embarazos no deseados, incesto, la decadencia del negocio familiar que les ha llevado a proyectar películas X y a acoger a chaperos en sus salas, así como las rencillas y violencia que se da entre los miembros del clan. El ruido de la ciudad se erige como uno de los personajes protagonistas, asfixiando a los demás en su omnipresencia, impidiendo cualquier instante de calma. El tráfico, las obras… son la banda sonora de una existencia convulsa, sacudida por la pobreza.

La suciedad que impregna el espacio junto al ruido constante sirven como reflejo del caos en el que viven los personajes que habitan los cines, así como de aquellos que lo frecuentan por las noches, tejiéndose en esta atmósfera las vidas de esta familia en su árida lucha por la supervivencia. Mendoza no deja lugar a la esperanza, sus personajes se consumen en un caos tan violento y poderoso que sobrepasa sus voluntades individuales, un caos que procede de la propia estructura de la ciudad y sus dinámicas de poder, un caos contra el que son impotentes. De este modo Serbis nos muestra los rostros de la pobreza en la sociedad filipina y su agónica lucha por la supervivencia, dejando que la cámara penetre con un realismo que raya en la desnudez en la intimidad de sus protagonistas. Mendoza nos brinda con este ejercicio su mirada sobre su país, una mirada que ve arder la sociedad filipina.

Serbis

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