Sarajevo 2014: Un festival hallando su sitio

Festival de Sarajevo 2014

El Festival de Sarajevo cumplía veinte años desde su creación cuando la ciudad aún se encontraba cercada por un ejercito que no dejaba de masacrar lentamente a la población. Veinte años desde su inauguración aún con los ecos de tan terrible guerra para dar paso lentamente a uno de los certámenes más imprescindibles de Europa. Sarajevo ha encontrado su sitio.

No obstante, la situación dista de ser normal en todo el país y, es más, si uno pone un poco de atención con todos los sentidos no le hace falta mucho tiempo para descubrir que este país no tiene futuro, vive un presente carente de cualquier incentivo y un pasado que año tras año sigue igual de reciente. Da igual, no me voy a extender más de la cuenta en algo que resulta dolorosamente evidente y que en esta cuarta visita al país balcánico se me hace imposible no mencionar por el puñado de gente fantástica y maravillosa que conozco y me han tratado como un familiar lejano más que como un turista. Y el que no se marcha lejos para no regresar tiene una gris existencia por delante sin ninguna oportunidad de la amada patria.

Pero de todas formas, Sarajevo ha encontrado su sitio cinematográficamente hablando. Le queda lejos ser un festival de categoría A. Ni falta que le hace. Su programación se basa en traer algunas de las cintas que han causado sensación a lo largo de la primavera en varios festivales junto con un gusto por mostrarse como escaparate para las obras de la región balcánica, así como escogiendo proyectos de países más olvidados en otros certámenes. Parecía algo evidente antes de iniciar su andadura, pero este año ha sido el año del cine georgiano con tres películas que se encontraban entre lo mejor de lo visto por un servidor. El cine turco también ha estado presente pero ha brillado con menos intensidad que en otras ocasiones, por mucho que Song of My Mother se alzara con el galardón a mejor película y mejor interpretación masculina, lo que desde mi punto de vista resulta algo excesivo.

Brides

Pero más que cinematografía por países, Sarajevo ha resultado ser un festival con una muy interesante mirada femenina, y es que no recuerdo tantas obras con un claro filtro femenino, tanto por temas tratados, miradas o por la cantidad de directoras tras los proyectos. Pero lejos de quedarnos con ese simple titular habría que brindar por la calidad de muchas de las obras. Brides, la griega A Blast, Amour fou, Three Windows and a Hanging o The Disobedient son un buen ejemplo de lo mencionado. Sus personajes pueden entenderse como unas mujeres fuertes y autónomas que son oprimidas por una sociedad en decadencia y en crisis sin signos de recuperación o esperanza. Una sociedad patriarcal en desmoronamiento que arrastra consigo mismo a todo el mundo, sea participe o no de la culpa.

La mirada infantil ha servido para otro puñado de obras como el punto de vista de esa misma sociedad podrida. The Tribe, Güeros, The Lamb, I am Beso, Macondo, So Hot was The Cannon o Land of Storms hablan de la imposibilidad de avanzar. Una generación con las alas cortadas. La crisis europea lleva ya años asentada pero la afirmación que se saca de lo visto es esa frase que un francés (sí, creo que fue un francés, como siempre) mencionó para explicar la palabra crisis: “cuando lo viejo ha muerto y lo nuevo aún no ha nacido”. Una frontera borrosa que no se sabe donde empieza y donde termina, lo que viene bien para enlazar con el siguiente apartado, el cine balcánico.

El cine bosnio, muy presente a lo largo de estos nueve días, sigue “estancado” en temas y conclusiones. Y es que como decía un amigo, el cine bosnio se puede resumir en niños tristes y la guerra. El shock sigue muy vivo hoy en día y hace que cualquier proyecto que provenga del país balcánico deba pasar irremediablemente por un territorio del que buena parte de sus habitantes están hartos de observar en la gran pantalla. Se les puede acusar de querer un cine escapista, pero no les falta razón. Y sin embargo, llega una obra como So Hot was The Cannon, con la guerra como telón de fondo y con un niño huérfano, que nos habla para demostrarnos que a pesar de los prejuicios se puede dar con la tecla apropiada y hacer una buena película, aunque con un final que diluye en parte todo el conjunto.

So Hot Was The Cannon

Han sido nueve días de mucho cine y, como dije en un inicio antes de comenzar el festival, me he dedicado más a arriesgarme con películas desconocidas antes que inclinarme por obras con cierto recorrido por festivales. Ha habido de todo, pero estoy contento con el resultado final. Pero esto no es el punto y final al festival, pues en los próximos días seguiré escribiendo sobre muchas de los filmes vistos, la mayoría sin expectativas de pasar por España. Pero es que el Festival de Sarajevo también se destaca por eso, por facilitarnos el acceso a un tipo de cine que no tiene cabida en nuestras salas de cine. Un festival que sin ser de categoría A ni disfrutar de demasiada difusión internacional pasa por ser una cita obligada para cualquier cinéfilo europeo, por mucho que sufra marginación y desdén por parte de la prensa “seria”.

He aquí el top 10:

10- The Mole Song: Undercover Agent Reiji (Takashi Miike)

9- Macondo (Sudabeh Mortezai)

8- So Hot was The Cannon (Slobodan Skerlic)

7- The Lamb (Kutlug Ataman)

6- A Blast (Syllas Tzoumerkas)

5- I am Beso (Lasha Tskvitinidze)

4- Brides (Tinatin Kajrishvili)

3- The Tribe (Miroslav Slaboshpitsky) / Güeros (Alonso Ruizpalacios)

2- Blind Dates (Levan Koguashvili)

1- Three Windows and a Hanging (Isa Qosja)

 Un placer y, recordad, aún no he acabado de hablar sobre el cine que ha pasado por Sarajevo.

Three Windows and a Hanging

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