La alternativa | La camioneta (Stephen Frears)

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Nos hablan de la crisis y dicen que ya es pasado. Nos hablan de LA crisis como si fuera algo nuevo, tremendo, inaudito. Y sin embargo, y dejando de lado las opiniones políticas del que esto escribe, lo cierto es que ya durante los 90 se atisbaba, al menos en Irlanda (y en UK en su globalidad) que las cosas no marchaban bien. Que el sistema no era igual de bueno y maravilloso como nos quisieron hacer creer en los felices ochenta.

Obras como Full Monty, o la que nos ocupa, La camioneta, ya nos pintaban un panorama, convenientemente adornado bajo el disfraz de comedia, donde los primeros resquicios del hundimiento se asomaban a la quilla del Titanic sistémico. Dada la procedencia de dichos films nos queda claro que si alguien tenía la nariz fina para dichos temas eran los directores hijos de la Gran Bretaña.

Loach, Leigh y Stephen Frears, dibujaban a su manera un panorama apuntando a la quiebra. El problema sin embargo, o la menos en este film, radica en su manifiesta previsibilidad. La camioneta tiene, por decirlo suavemente, un desarrollo tan telegrafiado que por momentos cuesta incluso mantener la atención sobre ella. No por aburrida, sino porque la sensación, demasiadas veces cumplidas, es que se puede adivinar “de facto” lo que vendrá a continuación.

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A pesar de ello, Frears sí conjuga de forma correcta, sobre todo a medida que avanza la película, el mix entre drama y comedia, tomando la primera más y más relevancia, no tanto en el esquema social sino entre la relaciones que se establecen entre los personajes. El mayor acierto es desgranar cómo la arcadia feliz del emprendedor (ese palabro tan de moda hoy día) no es tal: como las risas, el buen rollo que genera el negocio que prospera se van enturbiando a medida que surgen los primeros problemas.

No obstante, La camioneta acaba pagando su deriva hacia lo blando, hacia la amabilidad de la propuesta. Se echa de menos un poco más de mala bava, de cinismo si se quiere. No porque cualquier crítica “social” la merezca o no, algo que sería sujeto de debate, sino porque el propio material fílmico se resiente ante tanta “bondad”. Algo que por fortuna queda matizado por las excelentes interpretaciones de las que hace gala.

Al final pues, la sensación es que estamos ante un film “menor” de Frears, en tanto que su empaque no deja de ser modesto y la profundización en los temas resta bastante superficial. Aún así no deja de ser una propuesta interesante, ni que sea en cuanto a aviso de la que se podía venir encima en los años venideros. Igual es exagerado llamarlo profético, pero seguro que resulta muy muy atinado.

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