Cine Maldito ha tenido la oportunidad de charlar con François Ozon, uno de los más aclamados cineastas franceses contemporáneos, con ocasión del estreno en España de su última película, Una nueva amiga (Une nouvelle amie). Ataviado con gafas de sol y dispuesto a charlar sobre su obra, Ozon esperaba a esta web y otros siete compañeros nuestros en una suite del Hotel Meliá Madrid Princesa.
En tus películas siempre has tratado el tema de sexualidad. En otras como En la casa o La piscina actuaba como algo más residual, pero en tus dos últimas, Joven y bonita y Una nueva amiga, es el tema central. ¿A qué se debe este cambio de perspectiva?
Siempre intento hacer películas diferentes, no quiero hacer lo mismo. Pero el motivo principal es que en Una nueva amiga lo que me interesaba realmente era la búsqueda de libertad, buscar una identidad más allá de las normas impuestas, cómo uno puede salir del corsé que se nos ha impuesto para encontrar nuestra auténtica identidad.
En Una nueva amiga hay toques de humor y dulzura. Me gustaría saber dónde los ha encontrado, teniendo en cuenta que el tema que trata es duro.
Dio la casualidad que escribía el guión en una época donde se produjeron manifestaciones masivas contra el matrimonio homosexual y la igualdad de derechos por parte de gente muy conservadora, como la Iglesia. En ese momento me planteé que mi película fuese a ser muy actual. Ahora bien, pensé que en vez de ir directamente contra esa gente y meterme con ellos tenía que hacerles entrar al trapo, cómo conseguir que ellos vean que ser diferente, tener una pareja de otro tipo no agrede a nadie ni se mete con nadie ni es un peligro. Fue entonces cuando decidí que a través del humor y la comicidad se podía llegar bastante más lejos que a través de otro género.
¿Qué has intentado expresar y representar con el personaje de David?
La idea me vino de repente, porque cuando estaba escribiendo el guión no sabía cómo transformar a este personaje. Entonces, una amiga mía me contó una historia real sobre un hombre que conocía y que había perdido a su mujer; entonces, el dolor era tan intenso que él intentaba hacerla revivir llevando su ropa. Es decir, la creaba. Es algo perfecto, es real. Es la forma en que David intenta superar la pérdida de Laura, porque cuando muere ella, él es un hombre perdido. La única manera de reaccionar es recuperar un camino en la vida. Y, gracias a la ayuda de Claire, esto se consigue creando a Virginia.
Hace poco leí que te gusta que la gente se haga preguntas sobre tu cine y Una nueva amiga realmente deja una pregunta en el aire: ¿no es necesario separar los conceptos de identidad sexual y orientación sexual?
Desde luego, no tiene nada que ver una cosa con la otra. Y creo que esto viene sobre todo del hecho de que hoy en día hay una enorme tendencia a catalogar y etiquetar todo. Viene sobre todo de EEUU, donde antes que un cineasta como tal siempre se intenta distinguir entre un cineasta negro, uno gay, etc. Y esas cosas están llegando a Europa. Parece que tienes que pertenecer a un grupo, ser de algo, no puedes ser libre y escoger por ti mismo tu identidad, y mucho menos tener varias.
Has trabajado con muchas de las grandes actrices francesas como Catherine Deneuve, Isabelle Huppert, Isabelle Carré… Y ahora, ¿con quién? ¿Quizá Marion Cotillard?
No lo sé. Nunca me hago una idea preconcebida con los actores. No me importa trabajar con alguien desconocido. Más bien al contrario, en este sentido es alguien virgen, el espectador no tiene una idea preconcebida sobre el intérprete. Cuando trabajas con Catherine Deneuve, la gente tiene en mente a Buñuel, Truffaut, etc, son cien películas detrás y no se pueden borrar de golpe. Sin embargo, al escoger a un actor desconocido puedes modelarlo. También tiene sus contras, claro, con actores famosos es más fácil conseguir financiación.
Me ha dado la impresión de que al principio de la película el personaje de David tiene las cosas bastante claras y que es Claire, con sus temores, quien le crea la duda. ¿Diría que el personaje de Claire es el verdadero protagonista de la historia?
No te equivocas, Claire es la auténtica protagonista de Una nueva amiga. Como dices, David lo tiene muy claro desde un principio: quiere ser Virginia. En cambio, Claire tiene muchas dudas: no sabe quién es, se pregunta si estaba enamorada de Laura, si es lesbiana, si le gusta David porque es hombre o si realmente le gusta Virginia… No tiene ni idea de lo que le está pasando. Y es ella la que le hace dudar. Hay dos pasajes, uno es una fantasía y otro un verdadero sueño en los que se manifiesta esta duda. Pero también la duda es para el espectador, quien no sabe por dónde va el personaje de Claire, ya que toda la historia se ve a través de sus ojos.
En Una nueva amiga se pueden percibir varias influencias de Almodóvar, de Achero Mañas y especialmente sobre las teorías acerca de la existencia del tercer género. ¿Qué opina de esto último?
Sí, es verdad, lo que no sé es si hay que nombrarlo tercer género. Pero estoy a favor de ello. Y si hay un cuarto, quinto o sexto género, también lo estaré.
¿Cómo fue el proceso de casting?
Lo primero fue encontrar al actor que encarnara a David. Todos se disfrazaron y se pusieron pelucas para ver cómo funcionaba la cosa. Y el que más cómodo se sentía era Romain Duris. Le escogí por este motivo, pero también porque él tenía muchas ganas de encarnar a un personaje femenino. Y eso ayudó mucho para construir el papel.
Me ha llamado la atención ese final abierto, con ciertos interrogantes. ¿Lo tenía claro desde el principio o quería dejar que el espectador sacase sus conclusiones?
Lo que tuve claro desde el principio era acabar con un final feliz, al estilo Hollywood. Pero en el último momento añadí que Claire estuviera embarazada. Para mí, está muy claro quién es el padre, pero en cuanto comenzó la gente a ver la película descubrí que no estaba tan claro. Y me gusta, porque va muy bien con el sentido de la película, ya que permite que se genere un debate tras verla.
Vivimos una época en la que la gente está muy confusa respecto a la sexualidad. ¿Crees que el cine ejerce como un factor fundamental a la hora de eliminar tabúes y barreras?
Creo que sí. ¿Quién no ha soñado, se ha enamorado o incluso ha tenido una erección viendo una película? Mucha gente ve películas pornográficas, más gente de la que lo confiesa (Risas). Claro que el cine puede abrir puertas. De hecho, no sé si sería una buena idea que en la educación escolar se viera cine erótico (Risas).
Me ha parecido que hay un poco de Hitchcock en Una nueva amiga, concretamente de Psicosis en la parte en que David se da cuenta de que está vestido de mujer. ¿Existe realmente algo de inspiración en este sentido?
Desde luego que pensaba en Hitchcock, pero no concretamente en Psicosis porque el personaje ahí es el perverso total, un asesino en serie retorcido, se viste de su madre mientras tiene el cuerpo en el sótano… Lo opuesto de mi película (Risas). La película donde realmente sí me puedo haber inspirado es en Vértigo, porque el personaje de James Stewart intenta hacer revivir a una muerta. Pero aquí hemos invertido el género, porque es Claire quien intenta hacer revivir a Laura a través de la creación de Virginia. Luego sí, hay una inspiración. La diferencia es que Vértigo tiene un final terrible, mientra que en Una nueva amiga he intentado ofrecer todo lo contrario.
¿Cómo ha sido la opinión del público y la taquilla sobre Una nueva amiga en otros países europeos? ¿Cree que funcionará bien en España?
No lo sé, depende mucho de los periodistas españoles (Risas). Pero con un fin de semana como este, con calor, se celebra San Isidro… ¿Va a ir la gente al cine? ¿Sí, verdad?
¿Cuál es tu película maldita favorita?
Uf, vaya pregunta. No tengo una película preferida, hay muchas que me gustan y cada día cambiaría de título. No sé cuál te podría decir hoy… Quizá Madame de…, de Max Ophüls.
¿Cómo de importante considera que es la BSO en esta película?
Sí, la idea que tuvimos el compositor Philippe Rombi y yo, al ser una película que trata muchos géneros, fue adecuar una música para cada uno. La película funciona como en espejo, hay temas que se repiten dos veces, primero durante la infancia-adolescencia y luego en la edad adulta, algo que también sucede con los decorados.
En tu filmografía hay una especie de contraste entre deseo y realidad. ¿Es algo que has buscado?
Lo que me interesa sobre todo es mostrar personajes que a veces creen que desean algo, incluso se esfuerzan por conseguirlo, cuando en realidad no es lo que desean, mientras que su fantasía o ensoñación sí muestra lo que desean.
